viernes, 3 de diciembre de 2010

Especial de Navidad 2010

Bhagavan Sri Sathya Sai Baba ha dicho "Los hombres pueden clasificarse en dos categorías diferentes. En la primera, la más común, se encuentran aquellos que se engañan pensando que son buenas personas, con muchas virtudes, inteligencia y talentos. En la segunda, que es rara, están aquellos que reconocen las buenas cualidades de otros, sus méritos, habilidades y buenas acciones y el aprecio por sus ideales. Jesús pertenecía a la segunda categoría. Él veía las buenas cualidades de los demás, se regocijaba con sus virtudes y compartía su dicha con otros."


Con motivo de la celebración de la Navidad del 2010 compartimos los siguientes cantos devocionales y villancicos que pueden descargar del siguiente enlace:


Luego Sai Baba continuó diciendo: " Cuando Jesús cumplió doce años, él y sus padres, José y María, asistieron a una festividad judía en Jerusalén. En medio de la multitud que se abría paso a empujones, Jesús se separó de sus padres.

Luego de una búsqueda frenética, María lo encontró en un templo escuchando un discurso del Sumo Sacerdote. Cuando María le contó a Jesús la ansiedad que habían sentido al extraviarlo, Jesús respondió: “¿Por qué habrían de preocuparse por mí? Cuando estoy con Dios, que es mi Padre, ¿por qué sienten temor por mí?”. Así, Jesús reveló que se consideraba a sí mismo el Hijo de Dios.

Jesús le oró a Dios pidiéndole tres cosas Jesús vivió en Nazaret hasta los treinta años. Después de la muerte de José, le pidió permiso a su madre para dedicarse a su misión Divina. Recibió el bautismo de Juan el Bautista, y pasó cuarenta días en penitencia en un bosque. Durante la penitencia, le oró a Dios pidiéndole tres cosas: una, que lo bendijera con la cualidad de amar a todos por igual; dos, que le diera la fuerza y la tolerancia necesarias para sufrir pacientemente cualquier oprobio o persecución a que alguien pudiera someterlo; tres, que le permitiera poner el cuerpo que le había dado completamente a Su servicio.

Después de cuarenta días, Jesús salió de su penitencia con fe en que sus plegarias habían sido escuchadas. Encontró en Galilea a los pescadores que serían sus primeros discípulos. Les dijo que había venido a establecer el reino del amor sobre la Tierra y que ellos lo ayudarían en su misión. Les habló acerca de lo precioso que era el nacimiento humano y los instó a buscar el Reino de Dios dentro de ellos.

A modo de ilustración, Cristo les relató la siguiente parábola: en un río el agua fluye con rapidez. Sin embargo, hasta los peces más pequeños pueden nadar en ella y moverse alegremente. En el mismo río, un enorme elefante que queda atrapado en los rápidos, probablemente sea arrastrado o se ahogue a pesar de su enorme tamaño. Cualquiera sea la velocidad de la corriente, los pequeños peces pueden nadar libremente en el río y disfrutar. Sin embargo, un elefante no puede sobrevivir en él. Y la razón es ésta: lo que se necesita para sobrevivir en un río no es un cuerpo voluminoso, sino la habilidad de nadar. Del mismo modo, el hombre, que se encuentra atrapado en el océano de la existencia mundana (Samsara), no necesita tanta metafísica, erudición o desapego, sino la gracia del Amor Divino."

Sathya Sai Baba
Divino Discurso pronunciado en el Auditorio Purnachandra, el 25 de diciembre de 1988, día de Navidad.
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